Hace unos años encontré por casualidad un libro en el que se daban multitud de recetas para elaborar cosméticos caseros (Hierbas para la Belleza Natural), la autora se llama Dian Dincin y se trata de un libro editado por primera vez en 1973 en el que la autora recopila sobre todo recetas de su abuela. Entre todas ellas está la del Agua Virginal que, aunque siempre me ha llamado la atención, nunca había sentido la necesidad de probar. Ahora debo admitir que me encanta y que no pensé que dejara una sensación tan agradable en el rostro.
El Agua Virginal es un viejo remedio inglés para granos y rojeces. No se sabe a ciencia cierta el origen de su nombre, puede ser porque un vaso de agua se vuelve instantaneamente blanco como la leche al añadir tintura de benzoina, aunque también podria deberse a que posee un efecto clareador sobre la piel.
Tiene propiedades bactericidas, hidratantes y suavizantes y se puede utilizar para limpiar y tonificar pieles sensibles, para aliviar la hinchazón de los párpados o para humectar la piel muy seca.
La receta de Dian Dincin es la siguiente:
-Tintura simple de Benjuí.......................................................................15 gotas
-Un vaso de agua de manantial (se puede sustituir por un hidrolato)
Opcional:
-Glicerina...................................................................................................3 gotas
-Tintura de Mirra.......................................................................................3 gotas
La autora recomienda como hidrolatos los de rosa, azahar o sauco. Yo la he hecho con agua destilada y los aditivos opcionales porque era una prueba valiosa, pero para la próxima creo que añadiré un hidrolato de jazmin o de azahar, aunque no descarto usar un extracto glicólico de sauco.
Por cierto, que como cambia el asunto cuando se le pone una etiqueta mona y un lacito a la botella y es que aunque sea para mi uso personal me gusta vestir los frascos cosméticos como si fueran de fiesta.
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