sábado, 29 de septiembre de 2012

Las Bodas de Oro de un limonero.

Cuando hacemos un regalo de bodas solemos buscar un objeto que exprese nuestro cariño, que sea duradero y que evoque recuerdos agradables a lo largo de los años. Eso debió pensar mi abuelo cuando le regaló a su hijo recién casado un limonero para plantar en el jardín: "-Lo verá cada día cuando entre o salga de su casa y durará años...". Lo que quizá no pensó el hombre es que después de cicuenta años, ese mismo limonero seguiría regalando sus maravillosos frutos.  
La semana pasada mi madre me hizo llegar algunos limones de tan glorioso arbol, así que para darles la importancia que merecen he decidido preparar un oleato con sus cáscaras. Con el macerado prepararé un maravilloso jabón que seguramente reservaré para hacer unos regalos de Navidad especiales y es que no todo el mundo podrá apreciar el valor de un jabón con tanta historia.
Muchas felicidades a mis tios Dora y Manolo que después de tantos años juntos siguen sin concebir la vida el uno sin el otro.


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