La culpa de todo la tienen las tapas con estampado de vichy de estos botecitos, fué verlos y decidir que necesitaba preparar una cremita. Lo de la temática Caperucita vino después de comprarlos, cuando caí en que parecian más tarros de mermelada que de cosmética, pero como estoy acostumbrada a preparar jabones con aspecto comestible pensé que no sería un impedimento para hacer algo "alocado" y fué entonces cuando me vino a la mente el cuento de Caperucita.
La receta es una variación de la crema de manos que podreis encontrar en el Blog Natural mola más .
Este es el aspecto que tenía la crema antes de envasarla y se pude apreciar lo ligera que es. Está elaborada con manteca de oliva alberquina, aceite de almendras, mucílago de lino, extractos de aloe vera, escaramujo y regaliz y aceite esencial de lavanda con un poco de aroma de azahar. Se absorbe inmediantamente y no deja nada de grasa en la piel. Eso es lo que más me gusta, que puedo tocar un papel inmediatamente después de aplicarla y no mancha.
El colorcito rosado tiene historia, porque es una receta que colgó Sonia de El Arbol de Burbujas hace un tiempo y que está elaborada a partir de jugo de remolacha. Me ha encantado, sobre todo porque yo no puedo utilizar pigmentos minerales por motivos de salud, así que le doy las gracias por éste regalo, no será la última vez que utilice dicho mejunje como colorante cosmético. Pues nada, que ya tenemos otro cosmético para la cestita de Caperucita, en breve prepararé dos cremas más de la misma serie: una crema hidratante corporal y un básamo para después del afeitado, porque no habreis pensado por un momento que me olvidaría del pobre Lobo, ¡faltaria más!...
Y no te olvides de que puedes aprender a elaborar tu propia crema de manos, sólo tienes que apuntarte a nuestros talleres de elaboración de cosméticos.
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